
Tantas veces escribiste mi nombre
con tinta ensangrentada,
que juraste hacer llagas en mis manos,
para que nunca pudieran acariciar a otro.
¿ Hicieron daño en las tuyas?
Cuando acariciabas otro rostro.
Tantas veces cantaste nuestras baladas,
que juraste que jamas dejarías
a mis oídos oir otra voz,
que tu canción jamas borrarías de mis labios,
que nunca podría cantar sin tu sonido,
¿Tú las olvidaste?
Recordaste su sonido,
cuando con otras bailabas.
Tus llagas en mis manos, en mis oídos ,
en mis labios , ya no causan llanto
no duelen , no hacen daño.
Podre acariciar a otros , cantar su canto , oír su voz...
Y esta vez, sin dolor.