Pidió otro margarita, nunca le gustaron los tragos suaves, Pero esta vez parecía distinta, jugaba con la bombilla mientras los ojos de él, se perdían por el ventanal que daba a la calle.
El silencio aterraba y, las palabras no querían salir o sentían miedo de hacerlo, el ultimo sorbo bajaba lentamente por la traquea y un nudo le cerraba la garganta su voz que gritaba en silencio ( Por la mierda, di algo) miraba el ceño fruncido del ser inerte que apenas la miraba, él pareció oír la suplica mental.
“Supongo que ya lo haz notado, no fue mi intención dañarte, no quise hacerlo, pero ya no puedo sostener esto”
Ella tomo un cigarrillo deslizándolo lentamente, entre sus dedos, aspiraba profundamente aquel humo , en cada fumada, quemaba alguna palabra , un recuerdo , cada noche, cada amanecer y prendió otro cigarrillo en silencio parecía haber olvidado como articular las cuerdas vocales y se sumía entre los malignos sentido de un corazón roto.
Esta vez la suplica mental era de él , su rostro pedía a gritos que dijera algo , algún insulto quizás.
Ella se levanto de la silla suave, totalmente sexy, tomo entre sus manos el rostro descolocado de su ex amante lo acaricio por ultima vez, le beso la nariz, lo miro directo a los ojos, y sonrió suave para terminar en sonoras carcajdas luego de lanzarle un escupitajo verdoso justo en medio de la frente.